Tatakoto
(Archipiélago Tuamotu)
Tatakoto es un atolón de las Tuamotu , en la Polinesia Francesa . Está situado al este del archipiélago, a 1.182 km de Tahití . De 14 km de largo y 3,5 km de ancho, el atolón está formado por una isla larga y 65 islotes que cierran la laguna sin ningún paso practicable hacia el océano. La villa principal es Tumukuru, y la población total era de 233 habitantes en el censo de 2007. Al ser un atolón muy aislado, administrativamente forma una comuna. Dispone de un aeródromo.
Fue descubierto el mismo día por dos españoles. En la segonda expedición del ' Águila los dos capitanes, Domingo de Boenechea y José Andía y Varela, se separaron al salir de Perú y no se volvieron a encontrar hasta Tahití. El día de San Narciso de 1774 los dos desembarcaron en Tatakoto sin encontrarse. Históricamente también se ha conocido como San Narciso y de Augier.
José Andía lo describía como «sumamente agradable a la vista por estar muy poblada de arboledas». A principios del siglo XX se estableció un colono francés y lo replantó de cocoteros que hoy cubren todo el atolón.
Distancias: en línea recta Tatakoto está a 14.819 km de Salamanca. A 156 km de la isa mas cercana (Akiaki), a unos 1.182 km de Tahití, 6.350 km de la parte mas cercana de América (Perú) y a 7.000 km de la parte mas cercana de Australia.
Mi experiencia:
Estuve en Tatakoto los días 10, 11 y 12 de Julio de 2010 con motivo del eclipse total de Sol. Mi ruta de viaje fue Salamanca-Madrid-Paris-Los Angeles-Tahiti-Tatakoto recorriendo un total de 18.110 km para llegar al atolón.
Para llegar al atolón tuvimos que coger un vuelo especial desde Papeete (Tahiti) que pusieron para los que íbamos a ver el eclipse. En este vuelo teníamos muchas limitaciones de equipaje, ya que el avión no puede repostar en Tatakoto y tiene que llevar combustible suficiente para un viaje de iba y vuelta con el menor peso posible. Durante la mayor parte del recorrido estuvimos viendo nubes y océano y de vez en cuando al mirar por la ventanilla podíamos ver algunas pequeñas islas y atolones . También nos dieron unos consejos y avisos sobre Tatakoto, en especial sobre la seguridad. Nos aconsejaron que no saliéramos a nadar ni dentro ni fuera de la isla, ya que en el interior hay corales vivos que pueden cortarnos e infectarnos severamente y por fuera del atolón están los tiburones al acecho, a demás,s en tatakoto no disponen de medios para operar y a no ser que alguien se estuviera muriendo no podrían enviarlo a ningún hospital hasta después del eclipse cuando el avión volviera a recogernos. Después de un viaje de de algo mas de hora y media divisamos el pequeño atolón desde las ventanillas del avión. Fue emocionante ver con nuestros propios ojos, el destino final desde donde veríamos el eclipse total de Sol y que tantos meses ha estado en nuestra cabeza. Antes de aterrizar dimos una pequeña vuelta a la isla para posicionarnos correctamente y aterrizar con seguridad en la pequeña pista de aterrizaje. A pie de pista se veía un camión de bomberos y una pequeña cabaña, lo primero que se me vino a la mente es como habían llevado el camión hasta allí y los esfuerzos, ya que parecía totalmente nuevo y puesto para nosotros. Lo mas curioso fue saber también que la reforma del aeropuerto la hicieron pocos meses antes con motivo de nuestra llegada al atolón.
El aterrizaje fue suave y aunque parecía que la pista se iba a terminar, dio tiempo a frenar sin problemas. Nada mas aterrizar nos bajamos del avión y esperamos en la pista de aterrizaje para recoger nuestras maletas directamente de la pista. Después nos dirigimos hacia la cabaña (aeropuerto) donde nos dieron la bienvenida con unos bailes y música típica.
Después salimos al exterior donde esperamos a que nuestra familia de acogida nos recogieran. Dado que no hay turismo en esta isla , nos han tenido que acoger en sus hogares todas las personas de la isla, incluso tuvieron que añadir habitaciones para dar cobijo a todos los que íbamos.
Después de unos minutos de espera a la salida del aeropuerto, los cazadores de eclipse se iban repartiendo en las diferentes familias y poco después nos tocó a nuestro grupo. La familia que nos acogió era la familia "Kahaia" que nos recibieron con collares de flores hechos por ellos mismos y nos llevaron en un coche hasta su hogar. El camino era de tierra y después algo asfaltado, muy estrecho y a ambos lados coronado por miles de cocoteros. Pocos minutos hicieron falta para llegar a "nuestra" casa, casi sin darnos tiempo a disfrutar del camino. La casita estaba justo al lado de uno de los cementerios de lugar. Nada mas llegar nos dieron una habitación para las tres personas que íbamos en mi grupo, a parte de otras 12 o 13 personas con las que compartíamos la casa. Cada pequeño grupo en una habitación. Las habitaciones eran sencillas pero muy acogedoras, se nota que pusieron mucho empeño en que estuviéramos cómodos. Lo que mas me sorprendió es el poco espacio que teníamos y que incluso algunos grupos tenían que dormir en el salón. Las habitaciones, por su puesto, no tenían puertas, bastaba con una simple tela para dividir las habitaciones y creerme si os digo que no hacian falta puertas ya que la buena convivencia con los demas era al 100%
Durante el resto del día fuimos a dar una vuelta y a explorar el atolón. Tatakoto solamente tiene una calle larga principal desde "nuestra" casa hasta el puerto de la que salen otras 3 calles mas que atraviesan el poblado.
El único poblado que hay en el atolón se llama Tumukuru Andando por la calle principal pasamos al lado de una pequeña cancha de baloncesto donde jugaban los niños y un poco mas adelante estaba la iglesia nueva de Tatakoto, muy amplia para la gente que vive allí y con muchos cristales de colores adornando las ventanas. La luz que entra en la iglesia a ciertas horas del día es increíble, llenándola de color. Siguiendo as adelante te topas directamente con el puerto, que simplemente es un pequeño muelle de atraque para los barcos que pueden llegar. Regresamos sobre nuestros pasos hasta la iglesia, y en la calle que salé de allí seguimos unos metros y encontramos un campo de fútbol el cual visitamos también esa misma noche después de cenar. La zona del campo de fútbol parece ser el área de recreo de la isla, allí juegan los niños y mayores e incluso tienen algo parecido a un chiringuito para tomarse algo por la noche con algo de música. Lo más destacado del campo de fútbol es que durante esos días estuvo algo parado en actividades, ya que desde mas o menos una semana estuvo acampada allí una expedición para fotografiar el eclipse con el señor Miloslav, uno de los mejores fotógrafos de eclipse que hay actualmente en todo el mundo. Por suerte , tuvimos la ocasión de charlar con el propio Miloslav así como con parte del equipo que le acompañaba.
Continuamos nuestro paseo por la isla y fuimos hasta la costa cercana al puerto, desde allí continuamos caminando en la orilla que estaba repleta de corales y disfrutando de las vistas y de un mar increíblemente limpio y azul. Lo que mas nos sorprendió fue que nosotros esperábamos encontrarnos las orillas de la islas llenas de arena y en su lugar solamente había corales y una especie de arenilla formada también por los propios corales rotos por la fuerza de las olas con el paso de los años. Después de un buen rato caminando decidimos ir hacia la orilla interior del atolón. Ya que es muy estrecho, tardamos a penas un minuto en pasar de un lado al otro y desde allí pudimos disfrutar de unas maravillosas vistas del otro lado del atolón y de la laguna central. En ese momento comenzó a llover un poco, y nos resguardamos bajo unos árboles ( mala idea, ya que dicen que la mayor tasa de mortalidad en la isla es por caída de cocos) por suerte, la lluvia cesó pronto y pudimos seguir admirando las hermosas vistas. Al otro lado se podían ver los pequeños islotes con los cocoteros moviéndose por el viento.
Después de ese gratificante paseo decidimos regresar al poblado para que no nos echaran en falta y eso fue lo que hizimos, en esta ocasión por el camino de tierra central por el que se accede a lo largo de la isla y que comunica el final de la misma con una de las calles de Tumukuru
Lo que mas me gustó del lugar fue la amabilidad y el trato con el que nos acogieron los habitantes de la isla. Y eso que no están acostumbrados al turismo. Hasta tal punto que tiene un libro de visitas y cuando alguien llega a la isla es costumbre que firme en el y ponga algunas palabras. Por los registros del libro, parece que que no había visitado la isla nadie el los últimos 4 o 5 años. Nos explicaron que en ocasiones, navegantes que se dedicar a recorrer el mundo se acercan a la isla para conocerla, aunque no es muy habitual , ya que está bastante apartada de cualquier isla habitada y no está en ninguna ruta de barcos. Así pues, como buena costumbre, firmamos en el libro de visitas como SAROS dejando constancia de nuestro paso por Tatakoto.
Las noches no son tan amigables en la isla, ya que el tiempo cambia mucho en esta época del año y a nosotros nos tocó una fuerte tormenta de lluvia y viento. Como las casas eran "tirando" a Chabolas" el frío y la lluvia entraban por todos los lados y a algunos nos costó dormir.
La mañana siguiente amaneció sin lluvia aunque si con viento y nubes, algo malo para poder observar el eclipse de Sol. Después nos asearnos un poco en el baño, que no era mas que una caseta fuera de la cabaña con un par de tazas y una ducha de agua fría sobre unos baldosines, era mas que suficiente para nuestras necesidades mas básicas. Luego desayunamos en el comedor, también situado fuera de la casa y muy sencillo pero acogedor. Unas simples hojas , plásticos y unas sillas fueron suficientes para que desayunáramos y comiéramos muy agusto. La comida que nos dieron era rara para nosotros, ya que no estábamos acostumbrados a ese tiempo de comida, mucho era pescado, una que es la mayor fuente de alimentación de la isla y lo que si me pareció riquísimo fueron las diferentes frutas que nos dieron a probar. Durante el desayuno los cazadores de eclipse estuvimos hablado de donde observar el eclipse y en caso de haber nubes como reaccionar, para lo cual , concretamos que dadas las condiciones meteorológicas de la zona, no nos moveríamos a no ser que fuera en extrema necesidad. Las nubes se mueven muy rápido y podemos pasar de cielos despejados a cubiertos y despejados otra vez en cuestión de minutos. Aun así, tendríamos un coche a nuestra disposición en el caso de tener que utilizarlo para ir al otro extremo de la isla.
Después de desayuno nos llevaron hasta la zona de observación, que aunque se podía ir andando perfectamente no llevaron en coche. Allí montamos el equipo de fotografía y observación e incluso la familia nuestra nos llevó unas mesas para que estuviéramos mas cómodos. En esos momentos aterrizaba otro avión con mas pasajeros para ver el eclipse. a diferencia de nosotros, no tenían sitio para alojarse y su única opción era , aterrizar , ver el eclipse y marcharse de nuevo.
Hoy era un día importante teníamos por delante un eclipse total de Sol y al mismo tiempo la selección española estaría jugando el partido de la final del mundial. Con todo el material listo el eclipse comenzó y nosotros comenzamos a disfrutar del mismo. Al principio casi no había nubes y teníamos esperanzas de ver el eclipse total. Con el paso de los minutos los frentes de nubes pasaban uno tras otro, incluso llegó a llover dos veces durante la primera fase de parcialidad y nos tocó cubrir las cámaras y telescopios con plásticos para protegerlos de la lluvia. Por suerte solamente quedó en una anécdota y como regalo un estupendo arco iris a nuestras espaldas. Casi sin darnos cuenta la totalidad se nos echó encima y pudimos disfrutar de unos sublimes 4 minutos de éxtasis observando la corona solar y algunos planetas y estrellas brillando en el cielo.
Una vez finalizada la totalidad el espectáculo no había terminado. Mientras las cámaras seguían fotografiando, estuvimos escuchando por alguna radio la evolución del partido y finalmente optamos por recoger el equipo fotográfico e ir a algún lugar desde donde poder ver el partido de fútbol. Por suerte en la casa de un vecino cercano a nosotros tenía unas enormes antenas parabólicas conectabas a un pequeño televisor, por el que pudimos ver el final del partido sentados tranquilamente en el jardín al mismo tiempo que observábamos el final del eclipse con las gafas solares. Finalmente el eclipse parcial terminó y estuvimos totalmente pendientes del partido hasta que por fin saltamos de alegría cuando marcaron el gol de la victoria!!!!!!!! Cuando el árbitro pitó el final del partido comenzamos a saltar de alegría y abrazarnos unos a otros, tanto entre nosotros como con el resto de los aldeanos que nos acompañaban. Fuimos cantando por la calle hasta nuestra casa y de camino la gente nos paraba para felicitarnos por la victoria y para sacarse fotos con nosotros. La verdad es que fue una sensación maravillosa. Un eclipse total de Sol en la Polinesia Francesa y al mismo tiempo campeones del mundial de fútbol!!!!!!
El resto de la tarde lo pasamos paseando eufóricos por la ciudad y comprando algunos souvenir, como postales y demás, incluso nos sellaron el pasaporte con el logotipo especial que hicieron para el eclipse.
Por la tarde también asistimos a una actividad en la "plaza del pueblo" o mas bien en una carpa cercana al colegio, donde los habitantes nos ofrecieron unos estupendos bailes típicos y cantos. También dimos una vuelta para visitar la escuela que estaba a pocos metros de la carpa. En la misma carpa durante los bailes un grupo de astrónomos regalaron un telescopio a la escuela para que vieran las estrellas y estuvieron enseñando el funcionamiento del mismo.
Al atardecer nos llevaron hasta las "tres cruces" situadas en la costa cerca de la pista de aterrizaje, desde donde pudimos disfrutar de un bello atardecer. Después regresamos al poblado para cenar y por la noche dimos una pequeña vuelta hasta la iglesia vieja y de cuando en cuando nos parábamos a disfrutar de un cielo completamente estrellado, el cual aprovechamos pasa sacar algunas fotos. Lo que mas me asombró fue "ver" una zona del cielo completamente negra sobre el fondo de estrellas, hasta que me di cuenta que eran nubes!!! Era la primera vez en mi vida que yo recuerde que veía las nubes negras. Será por la costumbre de visir bajo cielos llenos de contaminación lumínica donde las nubes son de color marrón, amarillas o rojas. El cielo desde tatakoto era Blanco!! totalmente lleno de estrellas y solo era interrumpido por las nubes que pasaban a toda velocidad. Después de una hora disfrutando del cielo nos fuimos a dormir y esta vez si, descansamos genial!
El día siguiente fue la despedida. Tras una pequeña visita a una de las orillas de llago interior, donde nos enseñaron como se ganan la vida con la pesca regresamos a casa a comer y a preparar nuestros equipajes.
Realmente me dio pena partir de allí. no me hubiera importado quedarme allí unas semanas mas e incluso unos meses en esa isla tan tranquila "desconectando" del resto del mundo. Por grupos nos acercaron al aeropuerto en coche y allí se juntó toda la isla para despedirse de nosotros con abrazos, cantos, regalos y sonrisas. (nos dieron una bolsita a cada uno de nosotros de recuerdo con conchas recogidas por ellos mismos) Con mucha pena entramos en la caseta del aeropuerto para facturar y nos montamos en el avión para tomar el vuelo de regreso a Tahiti
Despegando miré por la ventanilla la isla y me vino a la cabeza este pensamiento. Atrás dejo unos días inolvidables compartidos con gente maravillosa y el recuerdo de los niños jugando y observándonos asombrados por nuestras "locas" costumbres, sin entender porqué casi 400 personas volaron desde muchas y lejanas partes del planeta para poder ver como la Luna ocultaba al Sol por unos minutos. Esos niños quedarán en mis recuerdos y espero volver algún día a la isla y verlos convertidos en hombres y mujeres, y así poder contarles la historia a ellos y a sus hijos de aquel mes de julio de 2010 cuando un grupo de "chiflados" llegó a la isla para ver un eclipse y se fueron enamorados de la isla y de su gente.
A día de hoy, jamás me han tratado tan bien en ningún lugar del mundo, incluso con los pocos recursos que tenían nos hicieron sentir como verdaderos reyes y mucho mas importante como parte de su familia.
TATAKOTO, JAMÁS TE OLVIDARÉ
Fotografías: Debo pedir perdón, ya que las fotografías son de muy mala calidad y no hacen justicia a la belleza del lugar.Eso pasa por reservar todas las baterías para el eclipse y solo sacar un par de fotos malas. Las fotografías son cortesía de Oscar Martín , Xose Antón Fernandez y Marcos.
A la salida del aeropuerto nos recibieron con collares de flores artesanales y con música |
La calle principal de Tatakoto |
La única cabina de telefonica de la isla. Podeis ver como anunciaban el eclipse con carteles |
Durante una de las comidas estuvieron varios habitantes cantand oy bailando para nosotros |
En una de las orillas de la laguna central con el suelo repleto de una mezcla de tierra y coral |
Caminado por el "centro" de la isla entre miles de cocoteros |
Preparado para el eclipse cerca del borde de la laguna |
Junto a Antón con todo el equipo durante la fase parcial del eclipse |
Viendo el partido de Fútbol y al mimo tiempo el final del eclipse parcial |
Junto al equipo de observación cerca de la orilla de la laguna central. |
Durante el acto de entrega del telescopio a la escuela de la isla |
Tapiz hecho a mano mostrando su pequeña y preciosa isla |
Una foto con el alcande del atolón que le hacía ilusión posar junto a los campeones del mundo |
Uno de los niños de la isla observando a dos cazadores de eclipses |
Cielo estrellado desde Tatakoto |
Los 4 de la expedición posando bajo el cielo de Tatakoto |
Este era el comedor que construyó la familia para nosotros. |
Parte del atolón desde la ventanilla del avión |